- "¡Estás obeso!"
Evidentemente se dirigía a mi, estaba pesándome en la báscula de la farmacia, casi sin respirar, es de esas electrónicas, no estoy acostumbrado, tanto que ni esperé a que me diera la sentencia por escrito, bastaba con haberla visto en sus números rojos, siempre rojos. Poco me faltará para que se corran al negro.
La había reconocido sin necesidad de verla, su voz es inconfundible a pesar de que quizá hayan pasado dos años desde la última vez que la había oído; dejaron de venir por el bar, tanto ella como su marido, ni sé la razón ni me importa un carajo. Nunca me gustaron del todo.
Él era anestesista, supongo que seguirá siéndolo aunque no por mucho tiempo, ya es mayor, estará a punto de jubilarse en la Madre Patria, son cubanos, cubanos blancos, racistas, muy de derechas, él me contó su historia una tarde que no tenía nada mejor que hacer que beber Carlsberg´s heladas mientras hacía tiempo para su "amol", su "novia", eran tan ridículos, tan cariñosones, que resultaban difíciles de tener delante. Al menos para mi.
Me reí, sí, ¿qué otra cosa podría haber hecho?, ¿decirle que ella era más fea que el pequeño de los hermanos Calatrava comiendo limones verdes y más bruja que la madre de Britney Spears?...Y es la verdad, no así su comentario, yo no estoy obeso, eso es una jodida mentira, sólo tengo un ligero sobrepeso causado por una semana un tanto descuidada de priva y comidas de madre, ahora le ha dado por ahí, me ve poco con el cambio de horario, las trae mi hermano al bar, "llévale este tupper a Kufisto", ¿como coño voy a decirle que se las devuelva?, eso para una madre es casi como si le pegaras. Además, que están de muerte aunque no haga una hora desde que picaste algo mientras recogías las cañas.
Recogí el bicarbonato del asiento para tomarse la tensión y me despedí de todos con un adiós general, ni se me ocurrió parar a preguntarle qué tal le iba, después de todo yo sigo donde siempre, fueron ellos quienes se largaron. Y buen viaje lleven.
"Hija de puta, y que estoy obeso...¿noventa kilos y medio para metro ochenta es estarlo?...y eso que estaba vestido, quítate kilo y medio o así...89...eso me lo quito yo en un par de semanas normales...hijaputa...¿qué estaría comprando la muy bruja?...seguro que potingues para sus hechizos y macumbas, y vudús, y mierdas de esas...¡pero qué mala espina me dan!...desde luego que son como los de La semilla del Diablo...sí...igual..."
Y no me dio tiempo a más porque ya estaba de vuelta en el bar.
Media hora después de haberme comido un plato de arroz (sin pan) apareció mi hermano con dos litros de gazpacho y un tupper, también traía un saco de hielo, pero eso era lo de menos. Pasé a la cocina para meter la comida en el frigorífico, el tupper estaba aún caliente, "no es bueno que lo meta así...voy a abrirlo un rato para que se airée y se temple...sí..." Error. Carne en salsa con patatas fritas. Me lo comí en cero coma. Sin pan. Casi recé un padrenuestro al tirar la salsa a la basura.
Llegué a casa a eso de las ocho y media, la tarde estaba fresca por primera vez en mes y medio y determiné salir a pasear la noche, sí, que llevo unos días que me duele la cabeza y es por eso, por andar poco y dormir menos, este calor es peor que ir preso a la casa de Gran Hermano: cuarenta días a cuarenta grados. Sólo nos diferencia de Jesucristo el aire acondicionado. Y no sé si será peor.
Abrí las ventanas y me tumbé en el sofá, corría el suficiente aire fresco como para hacerme reír, poco después se me puso dura, muy dura, y pensé en llamar a una puta, pero no lo hice, casi me quedé dormido, puede que durmiera un rato, a veces no te das cuenta de lo que haces o no haces...Bueno, muchas veces.
Cené unos spaghettis integrales con una latilla de atún y dos rebanadas de pan tostado integral (la mitad de lo habitual), "me fumo un pito y a la calle", volví a tumbarme, casi que hacía falta una camiseta, "jodeeeerrrrr...qué gusto, coño" Tanto, tanto, que al final ni salí, ni llamé a nadie y me fui a la cama, aunque tardé un poco en quedarme frito, mi habitación es como uno de esos hornos de Auschwitz, uno de esos que todavía deben estar calientes según la marcha que cuentan les dieron.
He despertado un tanto encogido antes de que amaneciera, me he levantado para bajar la persiana y al uno el ventilador, he mirado el reloj, las seis y media, ya se va notando que el sol anda buscando el cigarrillo de después; benditos sean los polvos de los demás mientras no te enteres.
"¿Y por qué no salir a andar...?"
A la ducha. Pero primero me he mirado el culo, o al menos lo he intentado, creo que me ha salido un grano justo debajo de la fístula operada, espero que sea eso y no que se haya reproducido, mecagoenlaputa, que ya no son horas.
El culo está donde está por una buena razón, Dios lo puso ahí por algo, para darnos una oportunidad de ser felices, ¿quien puede serlo si tiene que verse mientras caga?, es imposible, no hubiéramos hecho más que llorar nuestra suerte, suicidarnos en masa, "esto no mola", y habríamos tenido motivo más que suficiente para ello, "Espera un momento, voy al water...", y te pones a jiñar por las manos, "vaya mierda", ¿quién iba a tocar a nadie? Extinción.
No me he pegao una hostia de milagro, había apoyado una pierna sobre el lavabo, de espaldas, separando los glúteos con las manos, mirando al espejo, "a ver...¡ay!, ¡joder!..." Sí, por un instante me ha parecido verlo, parecía un grano, "menos mal...esto te pasa por tumbarte en pelota picá en el sofá, a lo mejor ha estado antes el gato, seguro, y tú ahí, mezclando sudores...¡Dios!, acabarás como Goldblum en La mosca"
Hoy no he desayunado mis tres onzas de chocolate puro, "70 %", dicen que es mejor cuanto más lo es, que estos son tiempos para descubrir América cuando no has salido de Wisconsin, me he conformado con el zumo y las cuatro nueces y he cogido una chaquetilla en previsión del frescor de la mañana, aunque no muy convencido, no lo parecía, pero mi piso es como uno de esos hornos...y tal.
Nada más salir me he dado cuenta de que me iba a sobrar, pero he seguido adelante, que luego vuelves atrás y te lo piensas todo dos veces. Enseguida me he encontrado con los últimos de la noche, una cuadrilla de chicos y chicas muy jóvenes que salían riendo de la churrería cargados de bolsas, no tendrían ni veinte años, me ha dado tiempo a ver como un cincuentón pasaba entre ellos con cara de amargado, seguro que pensando en la mierda de juventud y de país, claro que todo es una mierda cuando ya no puedes hacerlo sin parecer Cañita Brava.
No he durado mucho, apenas una hora, el cielo estaba cubierto, y una amanecida así es como un torneo de verano, pero me ha dado tiempo a escuchar un estupendo programa de Radio Clásica, era una reposición sobre Pablo Sorozábal, te contaban su vida intercalada con diferentes músicas de la gente que fue encontrando hasta los treinta años, sus comienzos y tal, ha estado muy bien. Como cierre han contado la anécdota de una ocasión en la que un amigo le preguntó si querría pasar a la sala de disección de los cadáveres, estaban en una Universidad o algo así y aquel era el encargado, o el profesor, o quien leches fuera, no me acuerdo, pero no era cosa de gamberrada tipo Porky´s y tal. "Y por no hacerme menos hombre, por no parecer cobarde, pasé"
Había tres cadáveres, tres cuerpos que nadie había reclamado, pero él sólo se fijó en uno de ellos, el de una putilla con la que se había liado alguna vez poco después de llegar a Bilbao, ciudad de la que echaba pestes por pacata y pueblerina. Y al verla ahí, muerta y violácea, recordó una de las noches en que tocó para ella la música de una canción popular que hizo que sus ojos se llenaran de lágrimas.
Al terminar han empezado con una reposición de Gerswhin y ha sido lo que me faltaba para regresar a casa. No lo soporto.
En el camino de vuelta he escrito algunos wasap´s al grupo, ya los leerán cuando despierten, eran sobre las chicas de la churrería, tan macizorras todas ellas, y repasando los de anoche he visto otro genial meme de Julio, de nuestro Julio, y pensando en la vida que ha llevado me ha vuelto el dolor de cabeza, y también el del culo, y entonces he recordado que antes de ayer vi con su mujer a quien hace veinte años fue mi compañero de habitación en el hospital, hacía siglos que no los veía, ya están viejos, yo iba en el coche y pasé de saludarles, pero me ha parecido curioso esos dos breves encuentros, el de estos y la vieja bruja, y la aparición de mis dos dolores, como si estuvieran relacionados, como si fuera verdad eso que dicen nuestros gurús de que todo esto, todo lo que nos pasa, no sea más que nuestra proyección, que pese a todo vemos y vivimos lo que queremos ver y vivir...Ná, ha sido cosa de un segundo.
Acabo esto con una aspirina trabajándome el estómago, ella sabe donde tiene que ir, ¿o es que va a todos los sitios?
¿Qué esperas si a las diez y media ya te has fumado lo de las cinco de la tarde?
Pero por lo menos creo que esta vez me ha salido una buena cagada.
Y vuelvo a tener hambre.